Se dice que la mujer española tiene mucho carácter. Si alguien conoce a mi padre sabrá que tiene un carácter de narices y que su hija quizás tenga el mismo o incluso más. Quizás no. Lo que tengo es la resistencia de un pino en la playa. Creo que nunca en mi vida me he dado por vencida. Pura sangre.
Me encuentro rodeada de dos tipejos de tres al cuarto que no tienen ni la más remota idea de cómo la dulce españolita se transforma cuando le tocan lo que más le duele. Pero me lo tomaré con calmita y con clase.
Mientras tanto, mi supuesto compañero de viaje, me está empezando a hacer sentir que quizás esté mejor haciendo este viaje por mi cuenta, porque desprende una cierta toxicidad que me embriaga unas veces y me asquea otras. Un día te lo da todo y otro te hace sentir como una niña pequeña caprichosa. La persona con la que estuve antes me trataba de igual a igual. Escuchaba cuando hablaba y de hecho le importaba mi opinión. Sin embargo este tipo a menudo se concentra más en demostrarme la razón que tiene que en escuchar lo que digo. Creo que estoy con el por desesperación, porque lo estoy pasando mña en el trabajo. Pero creo que en cuanto se me pase la desesperación y ponga a los dos tipejos en su sitio, me voy de aquí corriendo a la velocidad de la luz. Esperemos que con unos cuantos dólares en el bolsillo y con la satisfacción de echarle huevos, ponerlos en su sitio y echar a volar.
No tienen ni idea....
A veces la mala leche, o como nunca me atrevo a decir, la mala ostia, son estupendas. A mí ahora mismo me están transformando de una persona aterrorizada a una persona con ganas. Me estoy energizando y eso me hace sentir super poderosa. Tengo una amiga que está así casi en estado permanente. Yo no puedo, no tengo tanta mala ostia. Pero de vez en cuando, cuando viene de frente, se siente una poderosa y sin miedo y ME ENCANTA. Me sonrío y me siento la reina del mundo. Y veo a mis enemigos muy pequeñitos, como cucarachas a las que pisotear. Suena un poco psicópata pero si alguna vez has tenido un jefe opresor ( o un marido, amigo, familiar,....) sabrás a qué me refiero cuando te sientes atemorizada y pequeñita durante una época y de repente algo (una llamada de una buena amiga, un recuerdo que te hace ver lo que solías ser y lo que eres ahora, una frase inspiradora,...) te despierta del letargo en el que se sumergen las víctimas del abuso y te hace ponerte en pie y gritar: ¡Qué coño!
Así estoy ahora. Rabiosa pero bien. Rabia que empuja a la acción y no al miedo. Rabia que te hace sentirte viva y no sobreviviendo. Rabia que te hace andar derecha y firme y no meditabunda. No sé qué hormona me está causando esto. La llamaré deputamadrenina, porque me gusta y mucho. Ojalá se queda unos días merodeando entre mis neurotransmisores.
¡Ale! A hacer cosas.
Buenas noches :)
Thursday, June 7, 2012
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